Carmen, ¿por qué crees que es importante para los/as terapeutas de pareja compaginar una visión sistémica, relacional, con una perspectiva que nos permita también incluir lo individual, es decir, los rasgos problemáticos de personalidad de los cónyuges?
Lo que en Psicología se denomina “Rasgos de Personalidad” alude al orden jerárquico de disposiciones y atributos consistentes y estables a lo largo del tiempo y en diferentes contextos. Sabemos que evolutivamente constituyen el resultado de un conjunto estructurado de variables entre las que merece la pena destacar el funcionamiento redundante del sistema de intercambios entre unos y otros en el seno de la familia,con sus procederes y reglas explícitas e implícitas, el modo de delimitación de sus fronteras, los campos semánticos o temáticas y el universo simbólico analógico propio de cada familia, el cuidado de la seguridad, el apego y los intercambios afectivo-comunicacionales junto a otros factores transgeneracionales. Es decir, los rasgos son emergentes del sistema.
Así que dos personas,a cierta edad, con cierta historia biográfica cada uno y con sus rasgos respectivos, se dejan tantearpor el deseo de ir más allá del intercambio afectivo y erótico-sexual y se plantean formalizarse como pareja. Cuando vienen a consulta a veces esas dos personas no han llegado a constituirse en pareja; aunque puedan llevar años de relación o tener hijos en común, aún pueden estar en el preámbulo del afianzamiento como pareja conyugal. Es frecuente que personas con ciertos rasgos de personalidad acentuados, coherentes con el sistema familiar de origen, dificulten e impidan la constitución de la diada incluso anhelándola.
Uno de los primeros puntos a evaluar es este precisamente, si la vivencia de la conyugalidad o de la pareja es una experiencia subjetiva momentánea o es duradera, porque dos que viven juntos pueden comportarse de acuerdo a los ritos y guiones de estar en pareja, pero no percibir o sentir el sistema pareja que es algo así como “un tercero” respecto a las dos personas, con lo cual tarde o temprano la relación se torna invivible.
La Terapia Sistémica de Pareja clásica no contemplaba lo individual…
Hacer Psicoterapia de Pareja resulta más agradable y fácil cuando delante realmente tienes una pareja consolidada que está en dificultades. Los coterapeutas o el equipo tenemos la experiencia de nadar en aguas conocidas. Sin embargo la evolución de las conductas sociales que ha sido vertiginosa en las dos décadas últimas, provoca que cada vez nos encontremos con más frecuencia personas que se han querido, han tenido hijos o no, y se han quemado en el intento de convivir, trenzar y amarrarse como pareja y llegan a la psicoterapia exhaustos. El trabajo psicoterapéutico es diferente con cada pareja pero sobre todo es muy distinta la técnica, la conducción de la entrevista, la posición como psicoterapeutas y el ritmo de trabajo según “la pareja” se constituyó con éxito o fracasó en el intento.Lo individual forma parte de todos los subsistemas incluido el subsistema de pareja, negarlo es simplificar la palabra sistema y la palabra pareja, del mismo modo que forma parte del subsistema “asociación de padres” para una institución educativa, o del subsistema “jefes de proyecto” respecto a una organización empresarial. El ámbito de lo individual (aspectos sensorio-perceptivos, la inteligencia, etc.) es un subsistema respecto al sistema conyugal y respecto al familiar.
En terapia sistémica la responsabilidad del cambio y de la evolución no la esquivamos y apelamos a “lo individual” y por supuesto que nuestros pacientes que, por cierto, son tan valientes como los psicoterapeutas, se involucran en el proceso psicoterapéutico individualmente para restaurar su lazo conyugal o crearlo de nuevo con lo vivido.
¿Hay alguna situación clínica o tipología de relación de pareja en la que consideres que se ve más reflejada esta influencia de los patrones de personalidad?
Maturana usa una metáfora sobre el acoplamiento estructural en biología que nos viene bien en esta área de la psicoterapia de pareja para visualizar la danza y el acoplamiento entre los repertorios de ambos miembros de la pareja. No todos los acoplamientos son viables. De la pareja aquí y ahora se espera que cubra una serie de necesidades tan amplia que tantas expectativas pueden hacerla inoperativa, en particular para algunas personas que todavía del amor romántico anhelan alcanzar un estado subjetivo casi paradisíaco prácticamente imposible de sostener más allá de la fase de enamoramiento. Prefiero no aludir a situaciones clínicas muy frecuentes para no caer en estereotipos o caricaturas, pero evidentemente la personalidad influye en todas nuestras relaciones, forma parte de nuestra mochila como los mitos y otros condicionantes históricos. Esto implica (a diferencia de lo que se creía a mediados del siglo pasado) que es posible evolucionar, con ayuda, pero se puede uno desligar de condicionantes siempre que pueda hacerlo con otras personas. La colaboración de ambos cónyuges es imprescindible para convertir en vivible y navegable la pareja. En la psicoterapia de pareja abordamos desde las dificultades sexuales hasta problemas psicosomáticos porque entendemos que también incluyen un componente relacional cuando no etiológico. La tarea intelectual del psicoterapeuta sistémico es un desafío supremo, por eso es preciso formarse constantemente y estar receptivos críticamente a nuevas influencias teórico-técnicas.
El miércoles 18 de marzo de 2020 Carmen Meseguer imparte en FOCUS el taller «Relaciones de Pareja y psicopatologías».

- Focus
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