¿Cuándo realizar una terapia de pareja?
Cuando hay malestar o dificultades en alguna(s) de estas áreas de la relación:
- Problemas de comunicación, discusiones frecuentes, peleas
- Dificultad para resolver conflictos, tomar decisiones conjuntas o llegar a acuerdos
- Disputas por la relación con las respectivas familias de origen
- Crisis en torno al compromiso o la confianza mutua, por ejemplo, por una infidelidad
- Clima afectivo de falta de afectividad, distancia, y dificultades o insatisfacción en las relaciones sexuales
- Toma de decisiones sobre la continuidad de la relación o una posible separación o divorcio
- Revisión del proyecto de vida en común, los valores y prioridades compartidos
- Cambios o retos relacionados con las distintas etapas del ciclo vital de la pareja: el compromiso afectivo y creación de un proyecto compartido, los acuerdos relacionados con la convivencia, decisiones sobre ser padres o tener más hijos, la conciliación de la vida familiar y el trabajo y los roles de cada cónyuge, la independización de los hijos y las crisis de la madurez de los padres, etc.
- Crisis relacionadas con pérdidas o situaciones traumáticas, como enfermedades, infertilidad, abortos, desempleo, problemas económicos, etc.
Las terapias de pareja se realizan mediante sesiones conjuntas con ambos cónyuges, contando con la implicación activa de ambos para contribuir al cambio. Cuando los cónyuges por sí mismos no han encontrado la forma de resolver los problemas, la terapia de pareja es la forma más eficaz de superar las crisis, recuperar la conexión afectiva y crear un clima de reciprocidad y reconocimiento mutuo. La calidad de la relación de pareja es uno de los factores que más influye en el bienestar (o malestar) emocional a lo largo de la vida, y por lo tanto, afrontar los problemas y reforzar la relación antes de que se deteriore, evita un sufrimiento innecesario a ambos cónyuges y fomenta una mayor calidad de vida.